Solo en el ámbito de CABA, existen más de 2.300 locales en donde es frecuente el descarte de frutas y verduras. Cuando se pone en números esta situación, los resultados son impactantes.
A nivel global, un tercio de los alimentos que se producen se pierden o se desperdician. Esto se repite a diario en distintos puntos entre los campos y nuestros hogares y uno de esos puntos son las verdulerías.
Un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba) demostró que cada día se desperdicia un promedio de 22 kilos diarios de frutas y verduras, con un valor que puede llegar hasta los U$S26. El trabajo relevó que entre los alimentos mas desperdiciados, se encuentran las hortalizas de frutos, de hojas y los cítricos.
“Todos los días tiramos alimentos a la basura y las causas son muy diversas y van desde regulaciones y políticas hasta hábitos de consumidores y comerciantes”, explicó Victoria Terza, integrante del Observatorio de Higiene Urbana de la Ciudad, compuesto por Asociación Sustentar y la Fauba.
En este punto, consideró que para abordar este problema hay que contar con información sobre los residuos que se generan a lo largo de la cadena agroalimentaria.
Terza agregó que en las ciudades, las verdulerías representan un espacio a estudiar por el volumen de mercadería que gestionan y por la cantidad de locales que hay. Durante la elaboración del trabajo, Terza entrevistó a 46 verduleros de diferentes comunas de la ciudad, analizó muestras de residuos orgánicos de 17 verdulerías y estimó cuánto dinero representan.
🥝Un estudio de #FAUBA halló que tiran 22 kg de residuos orgánicos todos los días
🧵2/3@UBAposgrados #desperdicio @infobae #CABA @BichosdeCampo @revistachacra #alimentos @diegowassner #verdura @Patricio_Quinos pic.twitter.com/bTh2AnNkeY— Sobre La Tierra | Fac. Agronomía (UBA) (@SLT_Divulgacion) December 9, 2024
“Encontramos que, en promedio, se generan 22 kilos diarios de residuos orgánicos. La muestra más grande pesó 46 kilos y la más chica de 6 kilos. Si pensamos en la cantidad de locales que hay en CABA, podemos decir que cada día van a rellenos sanitarios cerca de 50 toneladas de residuos orgánicos”, remarcó.
Dentro de las muestras, lo que más registró Terza fueron hortalizas de fruto y de hoja en cuanto a verdura, y cítricos y cucurbitáceas en cuanto a fruta.
“El muestreo fue en verano, así que, por un lado, había mucho tomate y berenjena, y muchísima lechuga. Por otro, mucha naranja, sandía y melón”, detalló.
Si bien la mercadería recolectada durante el informe no iba a ser comercializada -a causa de su mal estado- el estudio busca pensar en cómo evitar que se llegue a esa instancia.
“Lo principal es prevenir, si se genera el residuo, podemos analizar si es posible transformarlo y revalorizarlo. Por último, nos tenemos que asegurar que llegue a disposición final”, afirmó.
En las entrevistas, Terza le consultó a los y las verduleras sobre sus hábitos de gestión de residuos orgánicos, si estaban dispuestos a evitar desperdicios y sus estrategias para lograrlo.
“La mayoría tenía ya algunas prácticas incorporadas. Por ejemplo, limpiar la mercadería, separar la qué está en mal estado para no contaminar el resto y contar con refrigeración para conservar por más tiempo los alimentos más sensibles al calor”, indicó.
Además, explicó que se podría trabajar en generar ofertas durante el día cuando cambia el estado de la mercadería. Con esta estrategia, las pérdidas se podrían minimizar hasta un 20% por tener precios dinámicos a lo largo del día: un ejemplo de esta modalidad son las bananas para licuar.
Otro punto que relevó el estudio es que la mayoría de los verduleros reonoció tirar los residuos en los contenedores negros donde se desechan los de nuestros edificios y hogares.
También aclaró que si bien es un manejo adecuado, desde el 2022 se pueden inscribir para coordinar que el Gobierno de la Ciudad les retire los orgánicos. “Más de la mitad de los entrevistados dijeron que estarían dispuestos a hacerlo”, sostuvo.
Y concluyó: “El Gobierno de la Ciudad los convierte en abono fértil para reinsertar en el mantenimiento de los parques, por ejemplo. Es un sistema activo, pero la cuestión logística es compleja, son muchas verdulerías distribuidas a lo largo y ancho de la ciudad”.